Atelier Bugatti: El renacer de una leyenda

23/04/2017 | Actualidad

«Nada puede ser demasiado hermoso, nada puede ser demasiado costoso» era el lema de Ettore Bugatti, y consecuentes con ello,  el último lanzamiento de su marca dotado de 1.500 caballos de potencia a 2.4 millones de euros nos hace querer saber qué magia encierra el Chiron, el modelo con el que superaron al Veyron. 

Bugatti es una marca ítalo-francesa de automóviles superdeportivos de gran lujo y competición fundada por el italiano, aristocrático  y autodidacta Ettore Bugatti en  1909 en Molsheim, localidad que cuenta actualmente con menos de 10.000 habitantes, situada cerca de Estrasburgo, en Francia aunque por ese entonces pertenecía al Imperio alemán. Corporativamente la marca es  parte del grupo VW desde 1998.

Según sus propios fabricantes, el Chiron, lanzado en el Salón de Ginebra en 2016, es  «el coche más potente, rápido, lujoso y exclusivo jamás fabricado».

Con respecto a su antecesor el Veyron se dice que » ha pasado por el gimnasio, y sus curvas musculosas lo delatan»

Nombrado a partir de Louis Chiron, un corredor de autos monegasco que ganó el Grand Prix de Mónaco sobre un modelo 51 de la marca, solo se producirán 500 unidades a un ritmo de unas 100 al año. Las primeras han salido en el primer trimestre de 2017 de lo que se denomina Bugatti Atelier, luego de un proceso de fabricación (y espera de entrega) de entre 6 y 9 meses, que depende del nivel de personalización que requiera su propietario.

El proceso comienza cuando el diseñador in house se reúne con el comprador (que podrá participar también en algunas instancias del montaje) para configurar la gama de opciones disponibles de acabados: entre ellas, 23 tonos de carrocería, 31 de piel para el interior, 18 tipos de alfombras, 31 colores de cuero, 8 de Alcántara , 30 para costuras, 11 para cinturones, etc. , haciendo de cada Bugatti algo único.

Cada unidad estándar del Chiron tiene 1.800 piezas específicas algunas de las cuales al combinarse de distintas formas resultan en múltiples posibilidades de producto final. Cada movimiento del montaje está perfectamente documentado incluídas las vueltas de rosca de los pernos de titanio, tema no menor dadas las exigencias a las cuales estará sometido el vehículo.

Los tiempos también dependen de la configuración del acabado de pintura: si el elegido es un tono metalizado puede tener hasta 8 capas de material, lo cual implica 3 semanas solo para tener pronta la carrocería.

Los motores de 1500 hp cuyo peso es de 620 kg, están compuestos ellos solos por 3500 piezas, muchas de ellas de titanio sólido, más propio de un avión que de un auto. Se prueban en un dinamómetro o banco de potencia (que produce electricidad aprovechable también para alimentar la fábrica), y en última instancia, en autopistas a 250 km/hr si bien están homologados para alcanzar los 420km/hr (aunque nadie lo ha verificado en primera persona).

Para aumentar la performance, el diseño del techo lleva el flujo de aire hacia el motor trasero, enfriándolo en el recorrido. Sus ópticas delanteras canalizan aire a los frenos, y el enorme hueco diseñado en su flanco posterior cumple dos funciones: da salida al calor generado por el motor y aporta estabilidad a alta velocidad, aunque si va de paseo, sólo se estará usando dos de los cuatro turbocompresores con los que cuenta.

Otra instancia del protocolo es someterlo a lluvias durante varias horas para comprobar su estanqueidad.

Antes de su evaluación en pista, el super auto es cubierto por una lámina de plástico para que nada afecte la chapa. Este proceso solo tarda un día entero y otro más a posteriori para retirarla con sumo cuidado.

En su fase final de los distintos y rigurosos controles de calidad el coche se somete a una meticulosa inspección ocular de ocho horas  bajo una iluminación muy estudiada para que no se pase por alto ni el más mínimo error de acabado. La cabina especialmente concebida es de por sí un espectáculo inusual en una fábrica de coches.

El peso total del auto de 2 toneladas (pese al uso intensivo de materiales ligeros como fibra de carbono) es impulsado a grandes velocidades requiere un sistema de frenos a la altura de ello, que ya desde el Veyron es complementado con un alerón trasero móvil que cual ala de avión redirige el aire de forma conveniente a la maniobra. Tiene una aceleración de 0 a 100km/h en 2,5 seg. y frena por completo desde los 400 km/h en menos de 10 segundos.

El precio de 2,4 millones de euros es para su target de clientes que en promedio, ya cuentan con 30 autos de alta gama, tres jets privados y tres helicópteros.

En cuanto al Atelier, se trata de unas instalaciones de 1.000 metros cuadrados, más asociado conceptualmente a un taller de artista, con mucho proceso manual desarrollado en 12 estaciones de trabajo, aunque sí mucha tecnología.

A pesar de todo lo anterior, la marca había comenzado un descenso que la llevó en 1985 a la bancarrota. 3 años después, y luego de hacerse con los derechos de la marca, la firma VW compró el Chateau St Jean, y luego construyó una nueva planta en el sitio, muy cerca de la original que no pudo quedar en propiedad del grupo. Era la estrategia para revivir el legado y concepto de la marca. Allí era donde Ettore Bugatti atendía  a los clientes, con  quienes, dado el alto nivel de personalización entablaba amistado o relaciones a largo plazo. Es bien sabido que el valor de una marca radica no solo en las prestaciones técnicas o estilísticas sino en su tradición.

La reforma del castillo incluyó el desmantelamiento de los antiguos establos, la instalación de una biblioteca especializada, un espacio para restauración de ejemplares clásicos de la marca, y la fabricación del atelier. La obra fue encargada al estudio Henn Architects, con amplia experiencia en el rubro en general (trabajando para marcas como BMW, Porsche, Skoda, etc) y en particular con el grupo VW para quienes firmaron algunos de los más interesantes ejemplos de arquitectura de programa automotriz.

Por si fuera poco, el lugar ofrece varios servicios «by appointment only» a sus clientes, con una gama de merchandising y productos de lifestyle creados a partir de los materiales de los autos: equipaje, sacos, corbatas, billeteras, y un sinfin de piezas que reformulan el concepto de reciclaje de descartes y extienden en la memoria el concepto de marca.

Pierre-Henri Raphanel, el conductor oficial de los test drives ha declarado en algún momento:

» La primera impresión de todos cuando se suben y experimentan el auto es la misma: nadie jamás había tenido esa sensación antes y todos los que inicialmente mostraron interés, luego confirmaron la compra»

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