El pasado 19 de febrero se celebró el 100° aniversario del nacimiento de uno de los diseñadores industriales más relevantes del siglo XX: Achille Castiglioni
Para celebrarlo, la Fundación que lleva su nombre, con sede en Milán, pidió a 100 de los más reconocidos diseñadores contemporáneos que eligieran un regalo para Achille con una tarjeta personalizada.
100×100 Achille – 19 de febrero– 30Abril es el nombre de la exhibición en cartel en dicha Fundación donde puede verse el resultado de esa creativa convocatoria. Muchos de esos objetos son creaciones anónimas, como las que Achille atesoraba a lo largo de su vida y admiraba, basado en como funcionaban más que en quien las diseñó y que formaban su universo de investigación y exploración. Los objetos están unificados por ingeniosos conceptos identificados por los diseñadores. Cada uno recibió ademas una postal donde se les pedia transformarla en una tarjeta de cumpleañosy eso es parte del despliegue que puede verse en esa muestra.
Algunos objetos se explican por sí solos, otros requieren un vistazo a su tarjeta correspondiente. Allí puede encontrarse un clip de Philippe Stark, un exprimidor de Barber & Osgerby), una trampa para ratones de Ingo Maurer, o un sombrero de pastor de ovejas de Alessandro Mendini. Todos ellos cuentan una historia inspirada en cómo afectó Achille cada uno de esos 100 exponentes relevantes del diseño de hoy en día.
Hace unos años visitamos el Estudio en un recorrido que da su propia hija, lleno de anécdotas familiares y su niñez rodeada de la crema y nada de personalidades como Ettore Sottsass, amigo de su padre y otros.
Un privilegio que supuso recorrer el entorno preservado cuidadosamente, donde se aprecian, ademas de muchas maquetas o prototipos de sus diseños, el enorme mérito de construir una marca propia trabajando con las mayores editoras de muebles en una Italia protagonista mundial en la industria del diseño en la posguerra, con una escala relativamente pequeña de recursos y personal.
Emplazado en un antiguo Palazzo de fines del siglo XVIII convertido en edificio residencial, al lugar se accede por un pórtico hacia con un jardín interior que se recorre previo a la unidad que alberga el estudio: un espacio de medidas moderadas, de 3 ambientes: una recepción, un estudio y un taller. Muy doméstico, encantador y «real», nada para llamar la atención porque sí y en un estado que parece esperar que de un momento a otro el protagonista llegue a ponerse a trabajar, como lo hizo desde 1944 hasta su muerte en 2002. Allí recibe su hija Giovanna, que gestiona el lugar, administra los grupos de visitas que se concentran en la semana del diseño pero que está disponible igualmente para institutos de enseñanza, consultas de empresas o interacción con fábricas para las que trabajaba a lo largo de una vida profesional plagada de logros. Logros que son tan innovadores como el interruptor de luz que usamos casi universalmente en forma diaria, que creara en su momento para la empresa b ticino de electricidad, o una cuchara con ángulo recto para aprovechar los restos de mayonesa de un frasco, además de infinidad de luminarias principalmente para la empresa Flos.
Sus archivos y la forma en que los manejaba y señalizaba, las carteleras de inspiración o mensajes, los bocetos de sus modelos más icónicos o las historias detrás de muchos proyectos es lo que devela llenan los espacios de una magia y memoria, parte del legado invalorable de este referente mundial en su disciplina.
Achille fue arquitecto, diseñador, ganador del premio compás de oro numerosas veces, catedrático de diseño, Su obra figura en la exposición permanente del Moma y en innumerables hogares, comercios y empresas a lo largo y ancho del mundo.
Murio en el 2002 pero su legado permanece desde siempre, fabricado por las mas importantes editoras de muebles y accesorios de Italia y resto de Europa. Como dato curioso, su familia poseía antecedentes creativos y lazos con Uruguay: su abuelo, Giannino era escultor y de hecho trabajó en los conjuntos escultóricos ubicados en cada esquina exterior en los jardines del del Palacio Legislativo de Montevideo a principios del siglo pasado.
